Corazón sano y alimentación

La salud, especialmente la cardiovascular, depende en gran medida de nuestras decisiones diarias. Las preguntas anteriores reflejan la importancia de conocer cómo funciona el cuerpo —en especial el corazón— y de adoptar hábitos que lo protejan. Realizar ejercicio con regularidad, mantener una alimentación equilibrada rica en frutas, verduras y grasas saludables, así como evitar el sedentarismo, el alcohol y el tabaco, son prácticas esenciales para prevenir enfermedades como la hipertensión, la diabetes y el colesterol elevado. Además, cuidar la salud emocional y mantener una vida activa no solo fortalece el corazón, sino que mejora la calidad de vida en general. La educación en salud es una herramienta clave para fomentar una sociedad más consciente y responsable de su bienestar.