La personalidad de nuestros hijos se detona desde pequeños, es difícil a veces cuando el carácter de nuestros hijos es fuerte, porque aunque nosotros somos sus padres, quienes los guiamos y educamos en sus años de niñez, el temperamento es fuerte, y qué bueno es parte de él o ella, solo que es importante apoyarle y encauzarlo para bien.
A veces uno pierde la paciencia en ciertos actos o situaciones que pasan con un adolescente y aunque sabemos que no debemos decir ciertas cosas enojados, es un impulso que en nuestra mente sabemos que no debíamos decir a un adolescente. Algo que me ha funcionado es hacer acuerdos juntos, escuchando también las necesidades de nuestros hijos y que se sienta en confianza.